27 de noviembre de 2010

Como China ayuda al Movimiento Obrero

Extraído de unionproletaria.net

En el movimiento obrero hay desconfianza e incluso rechazo hacia la política china. Muchos comunistas la consideran capitalista y muchos sindicalistas de Europa y Norteamérica la culpabilizan del cierre de empresas y del deterioro de los salarios. Por su parte, los imperialistas hacen negocios con China, pero ven en ella al enemigo a largo plazo: por ejemplo, Gorbachov, en su confesión anticomunista de 1999, destacaba a China como el gran problema pendiente. ¿Será beneficioso para los trabajadores unirse a la cruzada de los capitalistas contra China?

La crisis económica ha llevado a tasas de crecimiento negativas a casi todos los países capitalistas desarrollados y, pese a ello, el crecimiento global ha sido posible gracias a la contribución de los países a los que se llama “emergentes”: Brasil, India y, sobre todo, China. La crisis ha afectado a este país sobre todo por la reducción de la demanda internacional. El crecimiento del gigante asiático bajó desde más del 10% hasta el 7%, pero este año remontará previsiblemente por encima del 9%. China se está convirtiendo en una de las primeras potencias económicas del mundo en cifras absolutas. Claro que si se matiza este dato con el hecho de su elevadísima cifra de población, la riqueza por habitante es todavía bastante baja, si la comparamos con la de los países más avanzados. No obstante, es una potencia cada vez más influyente en el escenario internacional. Pero, ¿es una potencia socialista o una potencia capitalista, incluso imperialista? Debemos hallar la respuesta correcta a esta pregunta porque así podremos concretar mejor la política que necesita la clase obrera para avanzar lo más rápidamente posible hacia su emancipación.

Antes incluso de desentrañar la naturaleza política de la sociedad china, vamos a examinar las consecuencias del desarrollo de China en el proceso de la revolución proletaria mundial, aun en el caso de que sus dirigentes quisieran instaurar plenamente el capitalismo.

China está transformando el mundo

Es un hecho objetivo y reconocido por todos que las autoridades chinas han favorecido un crecimiento importante de las relaciones de producción mercantiles e inclusive capitalistas, y que, como consecuencia de ello, se han desarrollado mucho las fuerzas productivas. La propaganda de los imperialistas ha aprovechado esto para, en primer lugar, decretar el fin del socialismo en el país más poblado de la Tierra y, en segundo lugar, para confirmar su prejuicio de que el socialismo sólo sirve para repartir la pobreza, mientras que el capitalismo y su egoísmo son el único medio capaz de crear riqueza. Todo esto, obviamente, con la intención de desmoralizar a los comunistas y a los obreros con conciencia de clase. Sin embargo, los imperialistas son los primeros en no creerse del todo su propia propaganda al constatar que el imperio del capital tropieza en China con serios límites y que este país supera la prueba de la crisis económica mejor que las grandes potencias de Occidente. De ahí que tomen partido por los independentistas tibetanos y uigures; de ahí que le concedan el Premio Nobel de la Paz al opositor Liu Xiaobao; etc., etc.

Pero, volvamos al frío análisis de los resultados. En China, están creciendo las fuerzas productivas, el carácter social de las mismas (es decir que la gran producción está ganando terreno sobre la pequeña producción), el número y la proporción de proletarios sobre el conjunto de la población, su movimiento huelguístico y sindical, etc. Y todo eso, precisamente allí donde se concentra una quinta parte de la humanidad. Nada más que por eso, porque se debilitan los obstáculos materiales con los que tropezó el socialismo en el pasado, debemos reconocer que la política que sigue China ayuda objetivamente a la revolución proletaria mundial. Y el impacto de esta política no queda encerrado en sus fronteras nacionales, sino que se extiende a todo el planeta.

En primer lugar, el movimiento de capitales hacia China en condiciones internacionales de sobreproducción capitalista provoca, en el seno de los países imperialistas, un deterioro acelerado de la economía productiva y de la situación de las masas laboriosas. Este factor, combinado con la actual crisis, da como resultado en estos países un brusco empeoramiento de la situación de la clase obrera, una reducción de la “clase media” y una tendencia a la homogeneización en las condiciones de vida del proletariado internacional. Sin embargo, contrariamente a lo que nos cuentan los políticos burgueses, la causa de este fenómeno no radica en China, donde la situación de los trabajadores mejora continuamente. Los únicos responsables son los magnates financieros de las grandes potencias que exportan sus capitales para sacar mayor provecho, aunque con ello perjudiquen a la mayoría de sus compatriotas. El resultado objetivo, en última instancia, es que aparecen condiciones objetivas que impulsan la lucha de clases, motor principal del progreso hacia el socialismo en países de capitalismo desarrollado.

En segundo lugar, aunque sólo sea porque China necesita materias primas (petróleo, minerales, etc.) y carece de los vínculos tradicionales coloniales y de instrumentos neocoloniales que tienen las potencias occidentales, establece sus relaciones económicas con los países del Tercer Mundo en condiciones ventajosas para éstos y, con ello, está contribuyendo al desarrollo de los mismos. Existe un reconocimiento generalizado de que así es: de que el trato de China con los países de África, Asia y América Latina se distingue, por ahora, del habitual expolio imperialista. Como consecuencia de esta novedad, los países atrasados están desarrollando sus infraestructuras, una incipiente industria, el nivel cultural de sus pobladores, etc., y así no necesitarán tanto malvender sus materias primas en el extranjero. Esto, a su vez, va a reducir las superganancias que, de esta fuente, obtenían los monopolios y mermará la capacidad de éstos para sobornar permanentemente a la aristocracia obrera en sus países, lo cual redundará en beneficio de la independencia política del proletariado y del auge de su lucha de clase.

En tercer lugar, y éste es uno de los reproches más habituales de la propaganda imperialista, China no atiende a criterios políticos o geopolíticos a la hora de establecer relaciones económicas con otros países. Esto le lleva a no respetar los bloqueos y embargos decretados por los cárteles imperialistas y a comerciar e invertir capital en países socialistas y otros que sin serlo sufren el hostigamiento imperialista. Cuba, Corea, Vietnam, Laos y también Venezuela, Irán, Sudán, Eritrea, la R. D. del Congo, etc., agradecen esta ayuda material de China, la cual debilita el dominio imperialista internacional y favorece el desarrollo de la lucha antiimperialista y su unidad.

En cuarto lugar, la política exterior china se opone a la guerra y al hegemonismo, aunque al mismo tiempo trate de evitar los conflictos con el imperialismo a veces a costa de dolorosas concesiones al mismo. No estamos ante un ejercicio tan explícito de internacionalismo proletario como el que realizaron la URSS y la China de Mao, pero la correlación de fuerzas ha empeorado políticamente. Lo que más beneficia hoy a la causa obrera internacional es el máximo desarrollo de las tendencias económico-sociales hasta aquí explicadas, antes de que estalle la guerra a gran escala. Así, en el caso de que ésta ocurra, en el caso de que la revolución no madure lo suficientemente rápido como para adelantarse a la guerra imperialista, ésta se enfrentará a un movimiento obrero y a unos países socialistas más fuertes. Recapitulando, aunque los dirigentes chinos fueran unos revisionistas partidarios de desarrollar plenamente el capitalismo en su país, su labor es útil al proletariado internacional porque están subvirtiendo el sistema de relaciones internacionales que sustentó al imperialismo durante el siglo XX.

La evolución política de China

Dicho esto, no podemos dejar de tener en cuenta también la declaración de intenciones de los gobernantes chinos, contrastada con los resultados de su política. Dicen que su objetivo es el comunismo y que están construyendo el socialismo, todavía en su etapa primaria. La propiedad de los medios de producción es estatal o cooperativa en su tres cuartas partes. Han sacado de la pobreza a cientos de millones de sus compatriotas. Están llevando a cabo el mayor plan de inversiones de la historia para reducir las diferencias sociales y territoriales. El gobierno lo ejerce un partido comunista que proclama basarse en el marxismo-leninismo y que aplica una dictadura contra los elementos burgueses domésticos y foráneos que intenten subvertir el orden político interno. El PC de China tiene relaciones preferentes con los partidos comunistas y participa en los debates y resoluciones del movimiento comunista internacional, etc. ¿Intentan engañarnos con palabras y apariencias? ¿Se engañan a sí mismos, haciendo concesiones innecesarias y fatales a la burguesía? ¿O su política, aunque innovadora y arriesgada, es correcta según el criterio marxista, es decir, proletario?

Para saberlo, tenemos que examinar la evolución de este país científicamente, desde el punto de vista del materialismo histórico, sin idealismo, sin dogmatismo.

China emprende el camino del socialismo en 1949, con la ayuda militar, política y económica de una gran potencia como era la Unión Soviética y bajo una correlación de fuerzas de clase más favorable al proletariado que la actual: el socialismo y el movimiento obrero y democrático acababan de derrotar al fascismo, engendro del gran capital. Aunque fuera un país tremendamente atrasado, mucho más que la Rusia prerrevolucionaria, y empobrecido por décadas de guerras, el contexto internacional le permitía avanzar con cierta rapidez en la construcción del socialismo y en la destrucción de las relaciones sociales feudales y capitalistas.

Sin embargo, esta tendencia política internacional beneficiosa para la revolución pronto se invirtió: el imperialismo concentró sus fuerzas en la “Guerra Fría” contra el comunismo y algunos países socialistas no tardaron en ceder, emprendiendo un proceso contrarrevolucionario. No se trataba solamente de un repliegue táctico, sino que el PCUS y otros partidos comunistas rompían ostentosamente con su pasado y con los principios del marxismo-leninismo, para experimentar una desnaturalización pequeñoburguesa, una socialdemocratización. Los dirigentes comunistas chinos con Mao Zedong a la cabeza se oponen a esta deriva y pierden por eso el apoyo que recibían de la URSS y sus aliados. China busca entonces el modo de proseguir su revolución socialista en estas nuevas circunstancias. Primero, intenta acelerarla a través del “Gran Salto Adelante” y las Comunas Populares, pero, al parecer, los resultados no son muy positivos. Aplica luego, durante cinco años una política más moderada, con más concesiones a las viejas relaciones sociales, consiguiendo estabilizar la situación y mejorarla. Entonces, Mao y otros dirigentes consideran que el país corre el peligro de deslizarse hacia el capitalismo y desencadenan la llamada Gran Revolución Cultural Proletaria que, con sus altibajos, duraría unos diez años, desde 1966 hasta poco después de la muerte de Mao en 1976. En este período también se intenta acelerar la adopción de relaciones sociales nuevas, de tipo comunista, como motor del desarrollo de la economía, de las fuerzas productivas sociales. En el ámbito internacional, China convierte a la URSS en su principal enemigo, consuma la ruptura de un movimiento comunista internacional seriamente afectado de revisionismo y busca un acercamiento con EE.UU. que le beneficie.

Al fallecer Mao, la dirección política china dará un viraje considerable. Se reprime a los partidarios de continuar la “revolución cultural” y se impone una política de “apertura y modernización socialista” por la que se permite el desarrollo de empresas capitalistas y de inversiones extranjeras capitalistas, con la única condición de desarrollar las fuerzas productivas y respetar el orden político del país. El precedente más conocido de una política de concesiones a la burguesía practicada por un gobierno comunista es la NEP en la URSS de los años 20. Sin embargo, la nueva política china va mucho más allá. ¿Es por ello revisionista? ¿Conduce a la plena instauración del capitalismo y a la dominación de la burguesía?

¿Dogmatismo o marxismo?

La respuesta será afirmativa si nos atenemos a la experiencia soviética y a la de otros países socialistas; y, sobre todo, si nos quedamos en la letra, si elevamos a la categoría de principios las decisiones adoptadas en ellas. Pero la teoría de la revolución socialista no puede limitarse a las primeras experiencias de ésta. Por supuesto, tiene que asimilarlas, pero sin convertirlas en modelo absoluto. Sobre todo tiene que entenderlas desde la concepción del mundo del marxismo-leninismo, que es mucho más que cualquier experiencia particular. No tenemos ninguna dificultad en entender eso cuando decimos que, si bien apreciamos el sindicalismo como forma básica del movimiento obrero, no estamos dispuestos a que el comunismo se quede en eso, en “economicismo”. Sin embargo, nos cuesta mucho más adoptar la misma actitud científica con respecto a la Unión Soviética, porque tememos que eso nos lleve a despreciarla para abrazar alguna teoría política atrasada, como el anarquismo, el trotskismo o el “Socialismo del Siglo XXI”. La teoría, como decía Stalin, es la práctica concentrada o acumulada, y el marxismo-leninismo es la teoría que concentra la práctica soviética, como una de las más avanzadas, pero no sólo ella, sino también la práctica de la clase obrera e incluso de la humanidad a lo largo de toda la Historia. Es, por eso mismo, mucho más rica que la práctica soviética y es la única base teórica válida para enjuiciar la política actual de China.

Pero comprender esto no basta para ponernos a salvo del dogmatismo y del doctrinarismo. Para orientarnos, no tenemos más instrumentos de navegación que los que nos ha legado el pasado, que son muy numerosos y complejos, incluso infinitos. Pero la realidad viva, presente y futura, lo es mucho más. Por eso, a Lenin le gustaba la cita del Fausto de Goethe: “gris es toda teoría, y verde es el árbol dorado de la vida”. No podemos, pues, ocupar todo nuestro tiempo estudiando e investigando. No podemos esperar a agotar la labor teórica para tomar posición y actuar, por miedo a equivocarnos. Eso no es propio de proletarios marxistas, sino de intelectuales pequeñoburgueses. Marx completa la maduración proletaria de su pensamiento con la última tesis sobre Feuerbach que dice así: “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo.” Por eso, Engels y Lenin, insistían en que estudiáramos la teoría del marxismo, pero que no la convirtiéramos en un dogma, sino en una guía para la acción.

Ser audaces sin ser temerarios

Dicho esto, y para simplificar la cuestión, ¿quién tiene razón: Stalin y Mao que implementaron un proceso relativamente rápido de construcción del socialismo, o Deng Xiaoping que lo ralentizó o lo hizo retroceder? En otros términos, se trata de ver hasta qué punto la voluntad, la subjetividad, pueden intervenir en la realidad concreta acelerando su desarrollo necesario, sin violentarla produciendo un efecto contrario al deseado. Veamos la respuesta de Lenin al socialdemócrata Sujánov:

“Para implantar el socialismo -decís- hace falta cultura. Perfectamente. Pero, entonces, ¿por qué no habíamos de crear primero en nuestro país premisas culturales como la expulsión de los terratenientes y de los capitalistas rusos y, después, iniciar ya el movimiento hacia el socialismo? ¿En qué libros habéis leído que semejantes variaciones del orden histórico habitual sean inadmisibles o imposibles? Recuerdo que Napoleón escribió: ‘On s’engage et puis... on voit’, lo que traducido libremente quiere decir: ‘Primero hay que entablar el combate serio y después ya veremos lo que pasa’. Pues bien, nosotros, en octubre de 1917, entablamos primero el combate serio y después ya hemos visto los detalles del desarrollo (desde el punto de vista de la historia universal, éstos, indudablemente, son detalles), tales como la paz de Brest, o la nueva política económica, etc. Y hoy no cabe ya duda de que, en lo fundamental, hemos obtenido el triunfo.

Nuestros Sujánov, sin hablar ya de aquellos socialdemócratas que están más a la derecha, incluso no se imaginan que las revoluciones, en general, no pueden hacerse de otra manera. Nuestros pequeños burgueses europeos no piensan ni por soñación que las ulteriores revoluciones en los países del Oriente, con una población incomparablemente más numerosa y que se diferencian mucho más por la diversidad de las condiciones sociales, les brindarán sin duda más peculiaridades que la revolución rusa.

Ni que decir tiene que el manual escrito siguiendo a Kautsky fue, en su época, cosa muy útil. Pero ya es tiempo de renunciar a la idea de que este manual había previsto todas las formas del desarrollo de la historia universal. A los que piensan de tal modo es hora ya de llamarles simplemente imbéciles.”

Lenin sostiene que, a diferencia de los oportunistas y acomodados socialdemócratas, debemos actuar, aunque no se den las mejores condiciones para alcanzar nuestra meta. Incluso dice que esas condiciones se pueden conquistar de una manera distinta de la habitual. Eso es lo que él hizo y lo que han hecho más tarde todos los grandes revolucionarios proletarios como Stalin, Mao, Hoxha, Che Guevara, Fidel Castro, Kim Il Sung, Ho Chi Minh, etc. Pero, al mismo tiempo, ninguno de ellos sostuvo que la voluntad es omnipotente, que querer es poder o que cualquier deseo se puede convertir en realidad, porque eso sería subjetivismo y voluntarismo, idealismo a fin de cuentas. Lo que han intentado todos ellos es sacar el máximo provecho de las condiciones objetivas, acelerar al máximo su desarrollo. Para lograrlo, claro está, hay que estar bien atento a cuáles son las condiciones concretas en las que intervenimos, a cómo están evolucionando, y apoyarse en el conocimiento que tenemos de cuál es el desarrollo necesario de la realidad.

Más concretamente, nuestros precursores trataron de acelerar el paso al comunismo, sin dejar de tener en cuenta las condiciones reales. Por eso, al tiempo que Lenin combate así la pasividad derechista de los Sujánov, lucha por una Nueva Política Económica que resucitaba en parte la propiedad privada, el comercio, la explotación de los obreros por los capitalistas e incluso buscaba atraer las inversiones extranjeras con ciertas restricciones. Así es como se proponía conseguir las condiciones que le faltaban a la construcción del socialismo en Rusia. “Después del triunfo del proletariado, aunque sólo sea en un país, aparece –según Lenin- algo nuevo en la relación entre las reformas y la revolución. En principio, el problema sigue planteado del mismo modo, pero en la forma se produce un cambio, que Marx, personalmente, no pudo prever, pero que sólo puede ser comprendido colocándose en el terreno de la filosofía y de la política del marxismo… Después del triunfo, ellas [las reformas] (aunque en escala internacional sigan siendo el mismo ‘producto accesorio’) constituyen, además, para el país en que se ha triunfado, una tregua necesaria y legítima en los casos en que es evidente que las fuerzas, después de una tensión extrema, no bastan para llevar a cabo por vía revolucionaria tal o cual transición. El triunfo proporciona tal ‘reserva de fuerzas´, que hay con qué mantenerse, tanto desde el punto de vista material como del moral, aun en caso de una retirada forzosa.” (Acerca de la significación del oro en la actualidad y después de la victoria completa del socialismo) Stalin añade que tales reformas no están llamadas “a descomponer a la revolución, sino a las clases no proletarias.” (Fundamentos del leninismo)

En ese esfuerzo por aprovechar las condiciones reales para avanzar de la manera más rápida hacia el comunismo, los grandes revolucionarios pudieron cometer errores de apreciación y errores prácticos, pero no por eso dejan de ser para nosotros un ejemplo del que debemos inspirarnos. A priori, es imposible saber si vamos a acertar, si nos vamos a pasar o a quedar cortos. Hay que estar dispuesto a asumir riesgos.

En otras palabras, debemos ser audaces en la acción, pero evitando caer en la temeridad. Esta exageración de la audacia –la temeridad- es lo que reprochan los dirigentes chinos actuales al Mao de los últimos años, al tiempo que defienden el carácter globalmente positivo de su actuación y de su legado (no como hizo Jruschov respecto de Stalin). Por ahora, parece que el desarrollo de China les da la razón. Los comunistas vietnamitas primero y, ahora, los comunistas cubanos emprenden caminos similares, a la vez que todos los países socialistas superan sus contradicciones mutuas y estrechan su colaboración.

La base científica de la política comunista

Precisamente, para ser audaces sin ser temerarios, debemos conocer los límites –elásticos, pero límites al fin y al cabo- que no debe traspasar nuestra audacia y ese conocimiento nos lo proporciona el materialismo histórico. Examinemos, a la luz de todo lo anterior, la exposición sintética que del mismo hace Marx en el prólogo a su obra Crítica de la Economía Política:

“… en la producción social de su vida, los hombres contraen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción, que corresponden a una determinada fase de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales”.

Existe pues una dependencia de las relaciones de producción con respecto a las fuerzas productivas. Esto significa que es más difícil construir relaciones sociales comunistas en una sociedad de escasas fuerzas productivas como es todavía China que en una sociedad desarrollada por el capitalismo como la europea o la norteamericana. Claro que esa dificultad no significa imposibilidad, sino que puede vencerse si, por ejemplo, China recibiera la ayuda de alguna potencia socialista desarrollada, como pudo ser la URSS o podrían ser algunos países como el nuestro si fuéramos capaces de transformar nuestro revolucionarismo verbal en hechos.

Los dirigentes chinos actuales estimaron que, en las condiciones internacionales dadas, no les era posible avanzar en la construcción del socialismo si, previamente, no desarrollaban y socializaban sus fuerzas productivas pobres y desperdigadas haciendo parcialmente uso del capitalismo. No obstante, cabe la posibilidad de que hayan exagerado las dificultades y hayan hecho concesiones exageradas a la burguesía.

En cualquier caso, esta ley fundamental del desarrollo de la sociedad nos permite comprender y explicar a las masas por qué el capitalismo es capaz de desarrollar las fuerzas productivas en los países emergentes como China (donde se combina con la fuerza de la propiedad social y la planificación central) y por qué, en cambio, estrangula la producción en los países desarrollados, sustituyéndola por la especulación, la rapiña y la corrupción: esto simplemente significa que el capitalismo está agotando su papel histórico progresivo y debe ser sustituido por el socialismo allí donde ha creado potentes fuerzas productivas de carácter social.

De la observación de Marx también deducimos que el desarrollo de las fuerzas productivas en China permitirá sustituir más fácilmente las relaciones de producción capitalistas por otras socialistas, si existen condiciones políticas y voluntad política para ello. En cuanto a esas condiciones políticas e ideológicas, Marx explica sus vínculos con la base material y productiva de la sociedad:

“El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia.

Al llegar a una determinada fase de desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes, o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas. Y se abre así una época de revolución social. Al cambiar la base económica, se revoluciona, más o menos rápidamente, toda la inmensa superestructura erigida sobre ella.”

Por consiguiente, a mayor desarrollo económico, como el que ha experimentado el mundo desde la II Guerra Mundial y China en particular, mayor posibilidad de difusión de la conciencia revolucionaria. Pero no se trata de una difusión espontánea o automática, sino en lucha contra la conciencia difundida a su vez por la clase dominante. En China reviste gran importancia que la dominación la ejerza el Partido Comunista, que propugna la ideología del proletariado, y que no la ejerza la burguesía a la que se ha permitido crecer en los últimos 30 años.

Después del bandazo derechista contra los excesos de la revolución cultural, China sufrió la revuelta de Tien An Men, una tentativa de contrarrevolución política burguesa a la que hizo frente con éxito. Desde entonces, parece que ha corregido un tanto su enfoque excesivamente unilateral sobre el desarrollo de la fuerzas productivas a cualquier precio y, desde el último Congreso del PCCh, se aprecia cierto giro a la izquierda.

“Ninguna formación social –continúa Marx- desaparece antes de que se desarrollen todas las fuerzas productivas que caben dentro de ella y jamás aparecen nuevas y más altas relaciones de producción antes de que las condiciones materiales para su existencia hayan madurado en el seno de la propia sociedad antigua. Por eso, la humanidad se propone siempre únicamente los objetivos que puede alcanzar, pues, bien miradas las cosas, vemos siempre que estos objetivos sólo brotan cuando ya se dan o, por lo menos, se están gestando, las condiciones materiales para su realización.”

En esto se apoyan los actuales dirigentes chinos para fomentar la producción mercantil simple y capitalista en su país, así como para sostener que al capitalismo todavía le queda cuerda. Ciertamente, el capitalismo no está del todo agotado y quizás supere superficialmente esta última crisis, pero no tardará en caer en otra aún peor y la tendencia a la conflagración mundial va a acentuarse a un ritmo exponencial. Los comunistas chinos parecen confiar excesivamente en evitar que, en su país, la burguesía tome el Poder político y que, a escala mundial, desencadene un gran conflicto. Quizás sean demasiado confiados con el enemigo y demasiado desconfiados con el potencial revolucionario de los trabajadores, pero no existen fundamentos sólidos para afirmar que son revisionistas partidarios del capitalismo. Al contrario, su línea política, aunque heterodoxa, respeta las bases científicas del marxismo y está haciendo mucho más de lo que parece para ayudar a la causa proletaria. Si queremos contribuir a que los comunistas chinos corrijan sus posibles errores derechistas, los revolucionarios de los países más desarrollados no debemos condenarlos sino apoyarlos. Y, además y sobre todo, somos nosotros quienes tenemos la responsabilidad de recuperar la iniciativa del socialismo internacional ya que disponemos de las mejores condiciones para construir la nueva sociedad.

En general, no se trata de esperar a un agotamiento total de las posibilidades del capitalismo para desarrollar las fuerzas productivas. Esto no lo ha hecho ningún modo de producción anterior: la burguesía pasó a dominar el mundo sin esperar a que se desarrollara el capitalismo en todas partes; incluso empezó a dominarlo cuando la mayoría de los países todavía vivía en condiciones de semi-feudalidad y hasta se apoyó en eso para acelerar la acumulación de capital. El proletariado chino también está apoyándose en el capitalismo para avanzar hacia el socialismo. En países avanzados como España, hay que comprender y explicar esta dialéctica, y apoyarnos en todas las circunstancias objetivas favorables que se están desarrollando para avanzar resueltamente hacia la revolución socialista proletaria. Aquí sí que el capitalismo está suficientemente agotado, y la clase obrera debe conquistar el Poder político para emprender un proceso de socialización de la propiedad sobre los medios de producción. Tal es el objetivo estratégico necesario determinado por el desarrollo de la contradicción entre el carácter ya enteramente social del grueso de las fuerzas productivas en España y las relaciones de producción de capitalismo monopolista. Sin embargo, no todas las condiciones empujan en una dirección revolucionaria y tenemos que tenerlas todas en cuenta. En particular, se da un gran desfase entre las condiciones objetivas y las subjetivas, entre la necesidad económica y la conciencia y organización social que han de satisfacerla. Es más, estas últimas siguen una evolución diametralmente opuesta que augura un agudo conflicto político. Los comunistas de China y de Occidente también seguimos métodos opuestos, pero avanzamos hacia la misma meta común: el socialismo.

25 de noviembre de 2010

Declaración del Portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de la RPDC sobre el suceso del pasado martes

Extraído de Corea Socialista.



Pyongyang, 24 de noviembre (KCNA) - Un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de la RPDC emitió hoy la siguiente declaración:

Como ya se informó por el Comando Supremo del Ejército Popular de Corea, el 23 de noviembre las fuerzas armadas revolucionarias de la RPDC tomaron una medida decisiva de autodefensa para hacer frente a la imprudente provocación militar del enemigo (Corea del Sur), que disparó proyectiles hacia el interior de las aguas territoriales de la RPDC en torno a los islotes de Yonphyong, en el Mar Occidental de Corea.

El ejército de la RPDC advirtió varias veces que si un solo comando enemigo disparaba hacia el interior de las aguas territoriales de la RPDC, se llevaría a cabo un ataque de represalia contra las baterías militares de los islotes Yonphyong, durante la realización de las maniobras militares destinadas a una guerra de agresión contra la RPDC, denominadas bajo el código Hoguk.

A las 8:00 am del 23 de noviembre, el mismo día en que ocurrió el incidente, el jefe de la delegación de la RPDC encargada de las conversaciones militares entre las dos Coreas, envió un mensaje telefónico a la cabecilla de la delegación enemiga instándole, una vez más, a cancelar el plan para la puesta en marcha de
las indicaciones de disparo hacia las aguas localizadas alrededor de la isleta, las aguas sensibles.

A pesar de ello, el enemigo cometió la extremadamente imprudente provocación militar de lanzar decenas de proyectiles desde el islote hacia dentro de las aguas territoriales de la RPDC sobre las 13:00.

El enemigo disparó proyectiles desde justamente esta isleta, que tan cerca está del territorio de la RPDC, habiendo tantas montañas y ríos, tanta superficie marítima y tantos islotes dentro del sur de Corea. Este hecho tan coincidente y sospechoso no puede interpretarse de otra manera que como una provocación por motivos políticos.

El enemigo (Corea del Sur) está asegurando que disparó proyectiles desde el islote en dirección al sur, intentando no dañar los nervios de la RPDC, pero lo cierto es que los islotes Yonphyong se encuentra en el interior de las aguas territoriales de la RPDC, lejos de la línea de demarcación militar marítima. Si los proyectiles son disparados desde el islote, están obligados a impactar dentro de las aguas territoriales de la RPDC; no importa en qué dirección se dispararon debido a tales características geográficas.

Mapa que recoge la localización de la isla Yonphyong, lugar del conflicto (pinchar encima para ampliar imagen).

El ulterior objetivo perseguido por el enemigo es crear la impresión de que la RPDC reconoció las aguas de los islotes como su "mar territorial", en tal caso no hubiera habido respuesta física por parte de la primera.

En esto radica el carácter astuto y vicioso de provocación del enemigo.

El ejército de Corea del Norte tomó como medida de autodefensa el disparo de misiles hacia las posiciones de artillería desde las que el enemigo disparó sus proyectiles, ya que no está dispuesta a hacer oídos sordos.

Este incidente es uno de los más peligrosos que se han desarrollado desde que se llevó a cabo el establecimiento de la "línea límite norte", fijada unilateralmente por Clark, comandante de las fuerzas de la ONU, el 30 de agosto de 1953, después de la celebración del Acuerdo de Armisticio Coreano.

Los EE.UU., sus seguidores y algunos jefes de los organismos internacionales, deben darse cuenta del mal hábito en el que incurren al acusar a alguien sin antes conocer la verdad sobre el incidente.

Si defienden a Corea del Sur, el criminal, por la única razón de ser su su aliado, es como echar aceite al fuego.

La RPDC, comprometida con la paz y la estabilidad de la península de Corea, está haciendo ahora un ejercicio sobrehumano de autocontrol, pero las piezas de artillería del ejército de la RPDC, el defensor de la justicia, se encuentran preparadas para disparar.

Noticia original en inglés, traducida al castellano por Corea Socialista.
¿A que se debe esta provocación?
Solamente tenemos que trasladar la noticia del día anterior, publicada por Korean news:
Pyongyang, 24 de noviembre (ATCC) -- El día 23, las fuerzas armadas revolucionarias de la Republica Popular Democrática de Corea tomaron la resuelta medida militar de responder con un fuerte e inmediato golpe físico a la aventurera provocación militar de los títeres surcoreanos que dispararon decenas de obuses hacia las aguas jurisdiccionales de la RPDC en los alrededores de la isla Yonphyong en el Mar Oeste de Corea, librando el ejercicio de guerra llamado "Hoguk", contra ella.

 La camarilla de títeres surcoreanos, que habla ahora de la "provocación" y "castigo correspondiente" a alguien partiendo de su lógica de bandido, anunció la posposición por tiempo indefinido de las conversaciones de la Cruz Roja del Norte y del Sur previstas para el día 25.

 Al respecto, el Comite Central de la Asociación de la Cruz Roja de la RPDC publicó este miercoles una información condenando a la banda del gobierno de Lee Myung Bak, de Corea del Sur, que en virtud de su politica conflictiva con la RPDC, impidió el mejoramiento de las relaciones intercoreanas, frustro totalmente las conversaciones de Cruz Roja Norte-Sur y llevó la situación al borde de guerra.

Tal provocación militar grave contra la RPDC y el anuncio de la dilación indefinida de las conversaciones de cruz roja por parte de los titeres surcoreanos demuestran claramente cual es la verdadera intención de ellos que rehusaron obstinada y totalmente el dialogo y el mejoramiento de relaciones entre ambas partes coreanas, señala la nota y prosigue:

Ya que la Sociedad de la Cruz Roja del Sur de Corea declaro tal medida, actuando como aparato fiel a los belicistas surcoreanos, no tenemos la intención de seguir esforzandonos mas por resolver los problemas humanitarios.

La Sociedad de la Cruz Roja del Sur de Corea debe asumir ante toda la nación coreana la entera responsabilidad del fracaso de las labores humanitarias, incluyendo la normalización del encuentro de familiares y parientes separados.

No serán perdonados jamás los crímenes antinacionales y anti-reunificación de la banda de Lee Myung Bak que llevó la situación al estado de guerra rompiendo en un instante el clima de mejoramiento de las relaciones Norte-Sur en desafio frontal a la aspiración de todos los coreanos.

La banda traidora surcoreana, que con sus maniobras orientadas al enfrentamiento fratricida y a la guerra, quebró hasta las sublimes labores humanitarias e impone tremendos desastres a la nación, sera castigada de forma más dura por todos los compatriotas.



22 de noviembre de 2010

Una colosal olla de grillos

Reflexiones del compañero Fidel – 15-11-2010


En eso se ha convertido la reunión del G-20 iniciada ayer en Seúl, capital de la República de Corea.

¿Qué es el G-20?, se preguntarán muchos lectores saturados de siglas. Un engendro más del poderoso imperio y sus aliados más ricos que crearon el G-7: Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y Canadá. Más adelante decidieron admitir a Rusia en el club que se llamó entonces G-8.

Con posterioridad se dignaron admitir a 5 importantes países emergentes: China, India, Brasil, México y Sudáfrica. El grupo se incrementó después con la admisión de varios países de la OCDE, otra sigla, Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico: Australia, República de Corea y Turquía. Al grupo añadieron Arabia Saudita, Argentina e Indonesia, y sumaron 19. El vigésimo miembro del G-20 fue nada menos que la Unión Europea. Un país, España, ostenta desde este año 2010 la singular denominación de "invitado permanente".

Otra importante reunión de alto nivel internacional tiene lugar casi simultáneamente en Japón, la de APEC. Si los pacientes lectores suman al grupo anterior los siguientes países: Malasia, Brunei, Nueva Zelanda, Filipinas, Singapur, Tailandia, Hong Kong, Taipei de China, Papúa-Nueva Guinea, Chile, Perú y Vietnam; con importantes intercambios comerciales y todos bañados por las aguas del Pacífico, tienen lo que se llama APEC: Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico, el rompecabezas completo. Les faltaría solo el mapa; una laptop lo puede suministrar perfectamente.

En tales eventos internacionales se discuten los aspectos fundamentales de la economía y las finanzas del mundo. El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, con poder decisivo en los asuntos financieros, tienen su dueño: Estados Unidos.

Es importante recordar que al finalizar la Segunda Guerra Mundial, la industria y la agricultura de Estados Unidos estaban intactas; las de Europa Occidental, totalmente destruidas salvo excepciones como Suiza y Suecia; la URSS, materialmente arrasada y enormes pérdidas humanas que rebasaban los 25 millones de personas; Japón vencido, arruinado y ocupado. Alrededor del 80% de las reservas en oro del mundo habían pasado a Estados Unidos.

Entre el 1º y el 22 de julio de 1944, en un aislado aunque amplio y confortable hotel de Bretton Woods, pequeña localidad del estado de New Hampshire al noreste de Estados Unidos, se produjo la Conferencia Monetaria y Financiera de la recién creada Organización de Naciones Unidas.

Estados Unidos obtuvo el excepcional privilegio de convertir su papel moneda en divisa internacional, convertible en oro a la tasa fija de 35 dólares la onza Troy. Como la inmensa mayoría de los países depositan sus reservas de divisa en los propios bancos de Estados Unidos, lo cual equivale a un considerable préstamo al país más rico del mundo, la convertibilidad al menos establecía un tope a la impresión sin límites de papel moneda. Y al menos significaba una garantía para el valor de las reservas de los países depositadas en sus bancos.

Partiendo de ese enorme privilegio, y en tanto la emisión de billetes tenía el limitante de su convertibilidad en oro, el poderoso país acrecentaba su control sobre las riquezas del planeta.

Las aventuras militares de Estados Unidos en alianza con las antiguas potencias coloniales, en especial el Reino Unido, Francia, España, Bélgica, Holanda y la recién creada Alemania Occidental, lo condujeron a guerras y aventuras militares que pusieron en crisis el sistema monetario nacido en Bretton Woods.

En la época de la guerra genocida contra Vietnam, país en el que Estados Unidos estuvo a punto de emplear las armas nucleares, el Presidente norteamericano tomó la desvergonzada decisión unilateral de suspender la convertibilidad del dólar. Desde entonces la emisión del papel moneda no tuvo límites. De tal forma abusó de ese privilegio que el valor de la onza Troy de oro pasó de 35 dólares a cifras que han rebasado ya los 1 400 dólares, es decir, no menos de 40 veces el valor que mantuvo durante 27 años, hasta 1971 en que Richard Nixon adoptó la funesta decisión.

Lo peor de la actual crisis económica que hoy golpea a la sociedad norteamericana es que las medidas anticrisis de otros momentos de la historia del sistema capitalista imperialista de Estados Unidos no han logrado reanudar su marcha normal. Sumido en una deuda del Estado que se aproxima a los 14 millones de millones, es decir, tanto como el PIB de Estados Unidos, el déficit fiscal se mantiene; los enormes gastos para salvar los bancos y la reducción casi a cero de las tasas de interés apenas reducen por debajo de 10% el nivel de desempleo, ni el número de familias cuyas viviendas están siendo rematadas. Crecen los gigantescos presupuestos destinados a la defensa que superan a los del resto del mundo, y más grave todavía: los destinados a la guerra.

El Presidente de Estados Unidos, electo hace apenas dos años por uno de los partidos tradicionales, ha sufrido la mayor derrota que se recuerda en los últimos tres cuartos de siglo. En tal reacción se mezclan la frustración y el racismo.

El economista y escritor norteamericano William K. Black estampó una frase memorable: "La mejor forma de robar a un banco es ser su dueño". Los sectores más reaccionarios de Estados Unidos se afilan los dientes haciendo suya una idea que sería la antítesis de la de los bolcheviques en octubre de 1917: "Todo el poder para la extrema derecha de Estados Unidos".

Al parecer, el Gobierno de Estados Unidos con sus medidas tradicionales anticrisis, acudió a otra decisión desesperada: la Reserva Federal anunció que compraría 600.000 millones de dólares norteamericanos antes de la reunión del G-20.

El 10 de noviembre, una de las más importantes agencias de prensa de Estados Unidos informó: "El presidente Barack Obama llegó a Corea del Sur para participar en reuniones de los 20 principales poderes económicos del mundo.

"Las tensiones sobre políticas monetarias e intereses comerciales se han hecho notar antes de la cumbre del Grupo de los 20. El ambiente ha quedado caldeado debido a una decisión de Estados Unidos de inundar su débil economía con 600.000 millones de dólares en efectivo. La maniobra ha enfurecido a líderes de alrededor del mundo.

"Obama, sin embargo, ha defendido la medida tomada por la Reserva Federal."

La misma agencia comunicó a la opinión mundial el 11 de noviembre:

"Un fuerte sentimiento de pesimismo envolvió el inicio de una cumbre económica de los principales países ricos y en desarrollo, a la que arribaron los líderes mundiales profundamente divididos sobre sus políticas monetarias y comerciales.

"Fundado en 1999 y elevado a nivel de cumbre hace dos años, el Grupo de los 20 (G-20, un foro que abarca a países desarrollados como Estados Unidos y Alemania, al igual que a gigantes emergentes como China y Brasil) se ha convertido en la pieza central de los esfuerzos gubernamentales para reactivar la economía global y evitar otro colapso financiero mundial..."

"Un fracaso de la Cumbre de Seúl tendría consecuencias graves. El riesgo es que los países procuren mantener sus divisas artificialmente bajas para darles a sus exportaciones una ventaja competitiva en los mercados mundiales y eso llevaría a una destructiva guerra comercial.

"Además, los países se verían tentados a colocar aranceles a las importaciones, una repetición de las políticas que agravaron la Gran Depresión de la década de 1930."

"Algunos países, como por ejemplo Estados Unidos, creen que la prioridad máxima es presionar a China para que permita la reevaluación de su moneda frente a otras divisas, de modo que se reduzcan los enormes superávit comerciales del gigante asiático con Washington al encarecer las exportaciones chinas y abaratar las importaciones estadounidenses.

"Otros países están furiosos por los planes de la Reserva Federal estadounidense de inyectar 600.000 millones de dólares frescos a la débil economía del país. Ven esa acción como una medida egoísta para llenar los mercados con dólares, disminuyendo así el valor del billete verde y dándoles a los exportadores estadounidenses una ventaja de precios injusta.

"Los países del G-20 [...] encuentran poco terreno común en el tema más molesto: qué se puede hacer con una economía mundial que depende de los enormes déficit comerciales de Estados Unidos con China, Alemania y Japón."

"El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, advirtió que el mundo iría a la bancarrota si los países ricos recortan su consumo y tratan de obtener prosperidad sólo en base a las exportaciones."

"‘Si los países más ricos no están consumiendo y todos quieren propagar su economía con base en las exportaciones, el mundo irá a la quiebra porque no existe alguien que compre. Todo el mundo quiere vender’..."

"La cumbre comenzó con cierto pesimismo para Obama y el presidente surcoreano, Li Myung-bak, cuyos ministros no lograron llegar a un acuerdo sobre un tratado de libre comercio, estancado desde hace tiempo y del que había esperanzas para que se resolviera esta semana."

"Los mandatarios del G-20 se reunieron por la noche en el Museo Nacional de Corea en Seúl para la cena que marcó el inicio oficial de la cumbre."

"En las calles aledañas, varios miles de manifestantes protestaron contra el G-20 y el gobierno de Corea del Sur."

El jueves 12, la cumbre concluyó con una declaración de 20 puntos y 32 párrafos.

Como es de suponer el mundo no está constituido solo por 32 países en total que integran el G-20 o solo la APEC. Los 187 que votaron a favor de eliminar el bloqueo a Cuba frente a los dos que votaron por mantenerlo y los tres que se abstuvieron, suman 192. Para 160 de ellos no existe tribuna alguna donde hablar una palabra sobre el saqueo imperial de sus recursos y sus urgentes necesidades económicas. En Seúl la Organización de Naciones Unidas ni siquiera existe. ¿Esa benemérita institución no dirá siquiera una palabra?

21 de noviembre de 2010

Eisenstein el revolucionario del cine

Por Oleg K.

Sergei Mikhailovich Eisenstein ha sido sin duda el teórico y cineasta más influyente de la historia cinematográfica universal. La Revolución de Octubre marcó profundamente a todos los jóvenes creadores de la recién nacida República de los Soviets. En todas las ramas del saber cambió la mentalidad de los trabajadores, ya en la industria como en el campo, así como en el teatro. La defensa del socialismo, la creación de unas nuevas relaciones sociales basadas en la cooperación, denunciando el anterior régimen de explotación de las personas, galvanizó muchas teorías, buscando nuevos lenguajes. Uno de ellos era el cine. Eisenstein comprendió que el proletariado y el pueblo necesitaba una nueva fuente de desarrollo para explicar ese combate titánico contra el caduco sistema capitalista. Así nació su impresionante trilogía de la conciencia obrera, en el camino hacia su emancipación, “La Huelga”, “El Acorazado Potemkin” y “Octubre”. La llama que nos ha legado busca continuación.

Eisenstein tuvo una vida impresionante. Nace en Riga, Letonia, en 1898, y muere en 1948, en Moscú. Su padre era un arquitecto judío de origen alemán y su madre de ascendencia rusa perteneciente a la gran burguesía. Estudió arquitectura y bellas artes y se enroló en las milicias populares para participar en la Revolución de Octubre de 1917. Desde muy pronto se unió al mundo del espectáculo haciendo decorados y dirigiendo e interpretando teatro para los soldados. En 1920 ingresó en el Teatro Obrero y poco después fue nombrado su director. Se apartó del teatro cuando vio las excelencias del cine al rodar el largometraje “La huelga Stachka, 1924”. Su visión conmovió los corazones obreros. Por primera vez en la pantalla eran los protagonistas, contaban sus aspiraciones y luchas, realmente no de un modo idealista. El cine burgués siempre los había retratado como seres sin creación y de tormentosas relaciones. Con el socialismo, eran los hacedores de la vida, y así se plasmó en esta película, donde si se quiere vivir como personas había que luchar por sus derechos.

Casi al final de su montaje, le encargaron una película conmemorativa de los principios de la revolución, 1905. En su desarrollo acabó haciendo la obra maestra “El acorazado Potemkin”, que es sin duda otra obra que revolucionó la historia del cine. Eisenstein atribuía buena parte de la fuerza de “El acorazado Potemkin” al guión original escrito por Nina Agadzhanova-Shutko, sobre su proyecto, “1905”, notas sobre un «ensayo general» de la Revolución de Octubre. Las malas condiciones meteorológicas obligaron al equipo de Eisenstein a interrumpir el rodaje y a dirigirse a Odessa para rodar allí el episodio del motín a bordo del acorazado Potemkin. El episodio del Potemkin reflejaba a la perfección la atmósfera de descontento y revuelta existente en Rusia a comienzos de siglo, como condensaba lo desarrollado en 1905, llegaron a la conclusión que era más adecuado así contarlo. Así se abandonó “1905” y concentraron todas sus fuerzas en “El acorazado Potemkin”.

Posteriormente realizó “Octubre,Oktiabr, 1927” basada en el libro «Diez días que conmovieron al mundo», de John Reed reconstrucción de los acontecimientos de 1917 y perfecta aplicación de sus teorías cinematográficas. Necesitaba libertad de acción, para contar la consecución de los sucesos revolucionarios. Aquí, no valían los actores, y aunque era importante contar como actuaron personajes como Lenin o Kerensky, los protagonistas de Octubre son los obreros y soldados levantados en armas, los bolcheviques.

En 1930, Eisenstein, fue a Europa y América. Los proyectos que presentó en Estados Unidos fueron rechazados. En el país de la supuesta “libertad” tuvieron miedo de sus ideas colectivistas y los directores de los estudios cinematográficos escribieron panfletos en su contra, llamándole «Eisenstein, ese perro rojo», a pesar del apoyo de la mayoría de los guionistas, directores y actores yanquis. Eisenstein no pudo filmar nada en Hollywood, fue vetado; se dirigió a México, donde inició el desastroso proyecto de dirigir una película mexicana. Comenzó a rodar ¡Que viva México! (1931). Cuando llevaba rodados más de 50.000 metros, según Eisenstein, lo mejor que había rodado nunca, los productores ordenaron parar la producción, por lo que el director debió volver a Moscú. La película quedó inacabada, siendo objeto de varios montajes nunca realizados por él. Su figura y estilo de montaje tuvo una decisiva influencia sobre el cine mexicano.

En Moscú, se dedicó a la enseñanza y a escribir libros para dejar su experiencia escrita. Se reunió con los jóvenes directores que creaban nuevas películas, atendía a las conferencias, clases didácticas universitarias y reuniones con técnicos, guionistas, actores y actrices, así como a diseñar con el Comisariado de Cultura, la planificación de la enseñanza y las metas del cine soviético a realizar.

A la vez, empezó a dirigir otra película, “El prado de Bezhin, Bezhin Lug, 1937”, sobre un cuento de Ivan Turgeniev, que no terminó.

En 1938 realizó su primera película sonora “Alexander Nevsky, Aleksandr Nevskii”, un célebre pasaje de la historia rusa contra los caballeros teutónicos en el siglo XI. El desarrollo de la acción, así como el montaje, la música, la fotografía, la dirección de actores, pero sobre todo la fantástica unión de música y fotogramas unido a la carga dramática, son consideradas unánimemente como una de las mejores películas de todos los tiempos, atacada en Occidente como panfletaria. Era una advertencia contra la Alemania nazi, que era empujada por el imperialismo a invadir la Unión Soviética. En aquellos años, películas como esta, así como libros, obras de teatro, etc., fueron la respuesta de la cultura socialista contra la barbarie de la guerra, contra la posible intervención fascista, y así ha quedado como ejemplo para las futuras generaciones, cuando el imperialismo impone su doctrina militarista. Con ella ganó el premio Stalin y le concedieron la Orden de Lenin.

En 1944 terminó la primera parte de “Iván el Terrible (Iván Grosny)”, que contaba la ascensión al trono y traición sufrida por Iván IV, un zar del siglo XVI. Finalmente, en 1946, la noche en que terminó el montaje de “La conjura de los Boyardos”, segunda parte de Iván el Terrible, que contaba la venganza de Iván, Eisenstein sufrió un grave infarto. Eisenstein vivió dos años más, queriendo empezar la tercera parte, pero no pudo empezarla.

Su teoría del Montaje de Atracciones

Los cineastas soviéticos utilizaron técnicas teatrales nuevas, aplicadas al objetivo ideológico de la cultura proletaria, desarrolladas por genios como Meyerhold, Stanislavskii y Mayakovski. Es el denominado “Proletkult Theater”, movimiento artístico que perseguía renovar el tradicional concepto burgués del arte y a través de esto despertar la conciencia social en cada individuo, con una forma realista y a la vez simbólica,contradictoria, para introducir en la mente del espectador conceptos chocantes, que en un todo, recreaban una idea simple y a la vez compleja, como era la revolución socialista, que cambiaba todos los conceptos sociales heredados del pasado. Así por ejemplo, cuando los textos se hacían inaudibles para el espectador por causa de ruidos ejecutados intencionalmente sobre el escenario, el actor recurría a una mayor gesticulación de sus movimientos faciales y corporales y de igual forma lograba transmitir el contenido de la obra. Hoy en día, algo así no sorprendería a nadie, pero hace 80 años este tipo de innovaciones extrañaba al espectador y los “extraía” de su tradicional posición un tanto carente de reflexión, exigiendo del espectador una cierta participación. Sin embargo todos perseguían el mismo objetivo: utilizar el arte como herramienta que mantendría al proletariado a la cabeza de la sociedad. Eisenstein adapta y escribe obras de teatro, muchas de ellas de forma colectiva. A mediados de los años veinte, surgían durísimas discusiones en el seno de los directores cinematográficos, cada uno con su propia idea sobre el arte, lo que llevaría a constantes divergencias entre unos y otros. La más importante en aquellos años fueron las divergencias sobre el concepto de realidad y ficción entre Sergei Eisenstein y el grupo Kino-Pravda (Cine-Verdad), dirigido por Dziga Vertov. Fundado por este último en 1919, el grupo Kino-Pravda, también conocidos como Kino-Glaz (Cine-Ojo), inició una importante discusión en torno al hecho de documentar la realidad a través de la cámara. Así, Vertov desarrolló los primeros postulados en contra del carácter ilusionista del cine, renunciando a toda forma de actuación, maquillaje, filmación en estudios y puesta en escena. Su interés se centraba en el mundo real, no en la ficción proyectada en la pantalla. Si bien ambos directores veían el cine como una herramienta con la cual se podía guiar al espectador en una dirección específica y así alcanzar un objetivo predeterminado, fue en la manera de cómo concebir este propósito donde ambos nunca lograron llegar a un acuerdo. Vertov quería organizar dramáticamente sus imágenes-documentos y Eisenstein documentar el drama. Para uno era esencial la cámara, para otro el montaje. En 1923, Eisenstein expuso su teoría sobre el Montaje de Atracciones,
“…la tarea de todo tipo de teatro es la formación del espectador hacia una dirección deseada. Una atracción en el teatro es un momento agresivo; aquel que influye al espectador en sus sentidos y en su mente. A través de éstos, se intenta transmitir el contenido ideal de la obra en la percepción del espectador, entiéndanse éstos como contenidos netamente ideológicos.”, defendiendo un lenguaje interpretativo de conjunto, con imágenes concretas. El Montaje de Atracciones relaciona al actor-espectador de forma dinámica, al darles a estos últimos la primera prioridad o al menos, al considerarlos igual de importantes que al actor sobre las tablas. Para Eisenstein, el espectador es el elemento vital de la obra, pues las atracciones se basan en una constante reacción del espectador durante la función. "(…) una película no puede ser una simple demostración de sucesos, sino más bien una tendenciosa selección y ordenación de éstos, sin estar los sucesos necesariamente anclados al argumento, pero en vista de los objetivos, si están dirigidos a formar al público adecuadamente" De esta forma, se logra una dinámica diferente, se sobrepasan por primera vez las fronteras entre la función sobre el escenario y las butacas en la sala.
Desde entonces es un referente imprescindible para entender la importancia del montaje en el cine. Es interesante ver la similitud de los postulados de Eisenstein con el trabajo que ya en aquella época desarrolla Bertolt Brecht y que años más tarde se transformaría en el hoy conocido efecto de distanciamiento o "Verfremdungseffekt". Ambos, salvando las distancias, centraban su atención en el espectador y en cómo despertar en él cierta conciencia individual, social e ideológica a través de la obra. Más en Eisenstein que en Brecht, la utilización de estos efectos estaba destinada sólo y exclusivamente en función de la intención de la obra, postulados esencialmente extraídos del trabajo del proletariado y que buscaban desarrollar una idea práctica social, el comunismo.

Notas, extraídas de la Enciclopedia del Cine Soviético (en ruso).

Regresa a Cuba la Brigada Henry Reeve de misión en Chile: “La Isla que enseña a vivir”

Extraído de Cubadebate.cu

El IL-62M de Cubana tocó tierra exactamente a la hora advertida, 15 minutos después de la medianoche. Descienden la escalerilla del avión, en la semioscuridad de la terminal aérea, los colaboradores médicos de la Brigada Henry Reeve que prestaron servicio en Chile tras el terremoto ocurrido el 27 de febrero. Llevaban ocho meses en el país austral, pero poco se ha hablado de ellos fuera de las regiones donde trabajaron. “Sí, es fruto del esfuerzo callado de Cuba”, habría comentado unas horas antes el amigo que me advirtió de la llegada.

No se distinguen muy bien sus rostros y todos vienen con batas blancas por encima de un pulóver rojo con el distintivo de la brigada. Si se le quita el sonido a la escena, podría decirse que está ocurriendo en cualquier lugar del mundo, pero con audio hasta un marciano adivinaría que son cubanos y que el avión ha tocado tierra en la Isla. “Oye, chica, ¡qué rico estar en Cuba! ¡Qué aire más fresco!” “Yuly, pásame el creyón de labios”. “¡Avemaría, no me lo puedo creerrrr…!” Risas, pasos apurados, alguna lágrima, un sombrero que se agita en el aire.

Entran al salón de la terminal de aérea, a toda luz. Van acomodándose en los asientos y la doctora Yiliam Jiménez les habla a los de la primera fila: “Vamos a tener un pequeño acto. ¿Está bien? Pónganse lindos que van a salir en la Televisión”. La bienvenida no se hace esperar.

El Dr. Juan Carlos Andux, jefe de la Brigada médica, habla en nombre de sus compañeros. Relata brevemente cómo llegaron a Chile. Ocho horas después de que la Embajadora cubana en ese país transmitiera la solicitud del gobierno de Michelle Bachelet para que la Isla enviara ayuda médica, las condiciones estaban creadas y partieron los médicos. En aquel primer grupo que aterrizó en Santiago el primero de marzo, iban 26 colaboradores de la salud, un hospital de campaña y 12 toneladas de equipamientos, instrumentales y medicinas para brindar los cuidados que hicieran falta. La carga y los pasajeros necesitaron dos aviones.

“Instalamos el primer hospital que funcionó después del terremoto y fuimos los últimos en irnos… Allí dejamos a un pueblo que nos amó y que recogieron firmas para que no nos fuéramos. Más de mil personas fueron a darnos la despedida, lloraron cuando nos íbamos y nosotros, con ellos”, dice Andux, que más tarde conversará con Cubadebate, antes de abandonar el aeropuerto.

El ministro de Salud, el doctor Roberto Morales, felicita a la Brigada en nombre de la más alta dirección del país y del Comandante en Jefe Fidel Castro, que ha seguido día tras día el trabajo de los cooperantes y que envía un cariñoso mensaje de bienvenida. Morales hace un recorrido por las impresionantes cifras de personas asistidas y servicios que los especialistas brindaron al pueblo chileno, en dos ciudades duramente afectadas: Rancagua y Chillán.

“En Chile dejaron una huella más allá de nuestros servicios médicos: la huella de un pueblo, de una Revolución. Un pueblo que no da lo que le sobra, sino que comparte lo que tiene. Por eso fuimos los primeros en llegar y los últimos en irnos”, añade el Ministro.

Piel a Piel

“Rancagua y Chillán son dos escenarios diferentes”, han sido las primeras palabras del doctor Juan Carlos, cuando nos sentamos -están él y otros de sus compañeros- en una salita del aeropuerto, a la espera de una prometida taza de café para distraer el sueño y el cansancio. Algunos llevan más de 48 horas sin dormir y están locos por abrazar a su familia. Son más de la una de la madrugada.

La Brigada médica ha estado, efectivamente, en dos ciudades muy diferentes, aunque con el mismo clima mediterráneo, de implacable invierno que llega hasta -6 grados centígrados, y de veranos que en enero pueden ser abrasadores. Rancagua está al sur de Santiago de Chile, más próxima al arenal de la interminable costa chilena, mientras Chillán se encuentra al norte, a menos de 100 kilómetros del epicentro del terremoto.

Les propongo ir desde el principio, el momento en que los dos aviones cubanos aterrizaron en Santiago de Chile, en el Aeropuerto del Ejército chileno. Algunos compañeros se quedaron esperando la descarga de las 12 toneladas y el grueso de la brigada (26 colaboradores), atravesaron primero la ciudad a oscuras y luego avanzaron unos 450 kilómetros al norte en tinieblas. Llegaron a Rancagua en la madrugada, con vientos helados, sin saber exactamente adonde iban a ubicar los hospitales de campaña.

“Nos sorprendió lo que vimos cuando llegamos a Rancagua. En apariencias no había pasado nada, a juzgar por los edificios. Se mantenían en pie. Como en Chile han ocurrido terremotos devastadores de más de 8 grados en la escala de Richter, ellos durante años desarrollaron una sistema constructivo antisísmico, muy sólido, que ha permitido disminuir los efectos de este tipo de fenómeno natural.” Juan Carlos reconoce que llegaron impactados por las imágenes que habían visto por la televisión de un Puerto Príncipe en ruinas, tras el terremoto del 11 de enero.

“Por eso en la trayectoria desde Santiago hasta Rancagua nos decíamos: ¡pero aquí no hay terremoto!” La realidad se impondría poco después. Prácticamente toda la infraestructura hospitalaria había sufrido severos daños. El Hospital Regional de Rancagua, de 506 camas, perdió más de 300. Colapsó totalmente.

“Nos ubicaron al lado de una estructura dañada de ese centro de salu. Ahí nos dimos cuenta de que las autoridades civiles chilenas no tenían experiencia en hospitales de campaña. Les explicamos por qué un hospital de campaña no podía ubicarse al lado de aquel edificio medio en ruinas, con una altura de 8 pisos, ya medio inclinado. La actividad sísmica no había terminado y con otra réplica fuerte, se iría abajo y nos mataría a todos. Comprendieron en el acto y nos ubicamos en el estadio de fútbol”, añade.

Apenas amaneció el 1 de marzo, comenzaron a armar el Hospital de campaña en el Complejo Deportivo Patricio Mekis. Algunos tenían temores de que los pobladores no iban a mirar con buenos ojos que los cubanos se instalaran precisamente en el estadio de fútbol. Rancagua se conoce como “la ciudad celeste” o “del capo de provincia”, denominaciones referentes al equipo de fútbol O’Higgins, el club con mayor cantidad de seguidores fuera de Santiago de Chile.

Los aceptaron sin problemas. Esa fue la primera sorpresa, pero no la única. “¿Sabes quién fue el que inmediatamente se nos acercó para ofrecernos ayuda? El Ejército. Nos sorprendió ver llegar a un General -imagínate todo lo que nos pasó por la cabeza-, que respetuosamente nos saludó y su primera pregunta fue: ‘¿Cómo podemos ayudarlos?’ Y durante los ocho meses con sus 259 días así fue la relación con los militares. Nos apoyaron en todo”, continúa Juan Carlos.

No había levantado mucho la mañana y empezaron a llegar voluntarios del pueblo. “Nos veían con las mandarrias, armando la carpa de clasificación, que fue la primera que montamos para empezar a atender de inmediato, y preguntaban: ‘¿Cuándo vienen los médicos?’. No podían creen que los médicos éramos nosotros mismos”, interviene ahora el Doctor Carlos Pérez Díaz, que estuvo al frente del Hospital de campaña de Rancagua.

Explican el por qué de la confusión. La ayuda médica norteamericana llegó a Chile acompañada de un destacamentos de soldados que fueron los que les levantaron su hospital de campaña.

“Se nos empezó a llenar aquello y a partir ahí vinieron noches muy duras, con servicios las 24 horas. Rancagua amanecía con 400 personas sentadas a la entrada del hospital y todo tipo de dolencias. Descubrimos que iban a ver qué era la medicina cubana, quiénes éramos nosotros. Habían oído hablar del prestigio de la sistema sanitario cubano, de su calidad técnica, de su desprendimiento, pero querían verlo por sus propios ojos”, dice Juan Carlos.

Rancagua tiene unos 200 000 habitantes en toda la municipalidad y el duda que haya quien no hubiera escuchado hablar de la presencia de los cubanos. El Doctor Carlos ofrece un matiz adicional: “Las personas reconocían la calidad del servicio que se les brindaba en el hospital de campaña, pero lo que más les llamaba la atención era el trato que les dábamos. Nos decían: ‘Ustedes son médicos piel a piel‘. Al principio no entendía. Ellos se referían al afecto, a que los tocábamos y les escuchábamos sus problemas. Para una población que sufría de stress postraumático era esencial ofrecerles cariño, seguridad, comprensión, apoyo sicológico.”


BAILANDO EN CASA DEL TROMPO

En el avión que los llevó a Chile, los colaboradores cubanos habían estado estudiando las características de la actividad sísmica en la región y las informaciones sobre el terremoto, que se disponían hasta ese momento.

“Ellos tienen un terremoto cada 25 años -cuenta el Jefe de la Brigada-. En 1939, tuvieron uno terrible en Chillán y murieron más de 30 000 personas. En 1960, el terremoto de Valdivia, el más grande del mundo con una intensidad de 9,5 grados en la escala de Richter, costó la vida a más de 2 000 personas y dejó un millón de damnificados. En 1986, tuvieron otro, y ahora, en el 2010. Como promedio, sufren un terremoto cada 25 años. Sabíamos que después de un fuerte temblor, hay réplicas, algunas muy intensas y que pueden ser muy peligrosas. Y así fue. Nosotros vivimos en Chile, desde el día que llegamos, 576 réplicas, y la más difícil, la del 11 de marzo, el mismo día del cambio de gobierno”.

Nadie habría podido imaginar que aquellos hombres y mujeres provenientes de una Isla donde la actividad sísmica no tiene las proporciones que ha vivido Chile, terminarían ofreciendo soluciones muy útiles para enfrentar los terremotos.

“Le dijimos a las autoridades: ‘necesitamos un radiotransmisor, con dos equipos: uno para nosotros y otro para Patricio, el jefe del SAMU’. El SAMU es el Sistema de Atención Médica de Urgencia, la variante chilena del SIUM cubano (Sistema Integral de Urgencia Médica). Ellos contestaron: ‘¿Radio? Eso es una tecnología obsoleta. Nadie aquí usa eso.’ Pero nosotros insistimos, porque cuando se desataron el terremoto y el tsunami las redes de telefonía celular se cayeron y el moderno sistema de comunicación del país colapsó. Nosotros no queríamos vivir esa experiencia. Se dieron por vencidos y nos dieron un radio. El otro lo tenía Patricio.”

Pronto llegaría la hora de probar que aquello no era un capricho. El 11 de marzo, día del traspaso de Gobierno -Michelle Bachelet entregó la Banda Presidencial a su sucesor, Sebastián Piñera-, el Dr. Juan Carlos asistía a una cirugía compleja, una fractura. “De momento dice la anestesista: ‘El paciente está convulsionando, está convulsionando’. Bueno, y nosotros con él, porque también se estaban moviendo fuertemente las carpas. Y responde un compañero: ‘No, no es una convulsión; es que está temblando’.”

Se armó un corre corre infernal entre los que estaban en las edificios próximos al hospital, presos del pánico. “Hay un gran alboroto y, por supuesto, los celulares dejaron de funcionar instantáneamente… En eso se escucha por la radio: ‘Hospital de campaña, hospital de campaña, ¿está operativo?’ Respondo: ‘Sí, operativo, esperando para recibir pacientes’. Al día siguiente, las autoridades de Salud y todo el personal de atención médica de urgencias disponían de un radio, que sirvieron para comunicarnos rápidamente cuando se producía una réplica”, comenta con cierta picardía el Jefe de la Brigada.

LOS CUBANOS EN LA SILLA DEL SOL

Al día siguiente del cambio de gobierno, el 12 de marzo, el nuevo Ministro de Salud de Chile le solicitó a Cuba otro hospital de campaña. Tres días después ya estaban los cubanos llegando a Chillán, que en lengua autóctona quiere decir “Silla del Sol”, ubicada a unos 319 kilómetros al sur de Rancagua.

En un reportaje publicado el 19 de marzo, la revista chilena Punto Final explica exactamente como se concretó esta solicitud: ” La organización y equipamiento del hospital y la capacidad profesional de los médicos y paramédicos cubanos fue reconocida por el nuevo ministro de Salud, Jaime Mañalich, ex director de la lujosa Clínica Las Condes, que luego de conocer las condiciones de funcionamiento del hospital de campaña en Rancagua pidió públicamente al gobierno cubano que enviara otro hospital de ese tipo, para atender la emergencia en Chile.”

La respuesta del gobierno cubano fue instantánea. Dos días después de esta solicitud arribaba a Chile un segundo hospital de campaña cubano y, como el otro, equipado con quirófano, terapia intensiva, sala de hospitalización, laboratorio, sala de imágenes, etc. Si se cortaba la energía eléctrica, se activaba automáticamente un generador y el hospital seguiría funcionando normalmente. Por supuesto, también contarían con el “viejo” y eficiente sistema de radio.

El Doctor Juan Carlos viajó al frente de la Brigada de Chillán. Cuando le pregunto qué era distinto en esa zona de la cordillera andina, ni lo piensa dos veces: “más lluvia, más frío y más cerca del desastre”. Con una población de 230 000 habitantes, también sufrieron el colapso de su infraestructura sanitaria. El Hospital Regional perdió 206 camas.

“Pero la gran diferencia con Rancagua es que en Chillán había toque de queda: no se podía estar en la calle desde las ocho de la noche hasta las seis de la mañana, y por tanto, a esas horas no teníamos pacientes. Cuando amanecía, ya había entre 600 y 700 personas haciendo cola en las afueras del hospital. Era muy agotador para los 36 colaboradores de la salud.”

Descubrieron maravillados por qué Chillán le dicen la región de las artes. Ha sido la cuna de poetas, escritores, músicos, escultores, y particularmente de personalidades de la cultura chilena muy entrañables para Cuba: allí nació Víctor Jara, el cantautor asesinado en el Estadio Chile, el inolvidable creador de “Te recuerdo, Amanda”, canción que todos se saben de memoria. De allí también es el gran amigo de Cuba y de Fidel, el escritor y luchador comunista Volodia Teitelboim. Violeta Parra nació en esa zona.

A los chilenos no les resultó extraño que los cubanos supieran de memoria las canciones de Violeta y Víctor Jara. Ellos también podían cantar decenas de Silvio y Pablo, de modo que era lógico que se encontraran para escuchar música y bailar. “Y una cosa llevó a la otra. Ellos querían bailar salsa y nosotros tratamos de aprender a bailar la cueca”, afirma Juan Carlos. No me imagino como pueden bailar un cubano la cueca: “Bueno, ellos tuvieron más éxito que nosotros en el aprendizaje. Nosotros bailando la cueca somos malísimos”.

“Pero espérate -interviene el Doctor Carlos-: los cubanos dimos clases gratuitas para aprender a bailar salsa en Rancagua. El cocinero nuestro, los martes y los jueves, las daba en una cancha de baloncesto y hubo un momento en que la cancha no alcanzaba para la cantidad de alumnos que querían practicar. Tendrías que haber visto aquello.”

MIRANDO A LOS OJOS

Lo más difícil, el frío. Chillán tiene un clima muy seco. El aire es helado y la lluvia corta como un cuchillo. Los cubanos dormían en carpas, casi a la intemperie. A medida que avanzaba el invierno austral, tuvieron que comenzar a buscar un lugar más protegido. “En Rancagua, el hospital de campaña se mudó para un gimnasio y eso también hicimos en Chillán”, cuenta Juan Carlos. Carlos precisa: Rancagua está rodeada de cordilleras. Cuando llueve, las montañas se hielan y sopla durísimo el viento. El estadio de fútbol se había convertido en una nevera.

Lo mejor, el pueblo chileno. “Despedirnos fue duro, duro”, dicen los dos médicos. Y aclaran: no recibimos solo el apoyo de los movimientos de solidaridad, de la izquierda chilena, de las personas con más conciencia política. Les llegaron cartas y abrazos de alcaldes de derecha, representantes de la Iglesia episcopal, miembros del Ejército, funcionarios del gabinete de Michelle Bachelet y del de Sebastián Piñera, de personas de diferentes credos políticos, de los periodistas. Juan Carlos tiene un dossier con más de 500 trabajos de prensa que se refieren al personal de salud cubano, todos elogiosos. Un titular los declaró “ángeles de batas blancas”.

Lo más sorprendente, cuánto se conoce a Cuba en Chile. “Y cuánto quieren a Fidel. Es lo más lindo que vivimos en ese país”. A esta altura de la conversación ya no sé cual de los Carlos habla. Son más de las dos de la madrugada. Por tanto, el lector sabrá que a partir de este punto lo que escuchamos es una especie de voz coral, la de la Brigada:

“Llegaban los paciente a la consulta y algunos recordaban a los médicos cubanos que socorrieron a las víctimas del terremoto de Valdivia, en 1960. Nos dijeron que cuando aparecieron los cubanos eran como dioses: acababa de producirse el triunfo de la Revolución y no había noticia más importante que esa en América Latina.” Otros habían visto a Fidel cuando recorrió todo el país con Salvador Allende: “Un señor me dijo, muy orgulloso: ‘vi cuando pasó la caravana y yo corrí y corrí. Tenía 12 años. Fidel extendió la mano y me la dio. Para mí fue histórico’”.

Si algo los sostuvo estos ocho meses fue la manera en que los chilenos les hablaban de Cuba y de Fidel, y el reencuentro con los que habían vivido en la Isla exiliados por la dictadura de Augusto Pinochet. También, el vínculo que se produjo de la manera más natural del mundo con los jóvenes graduados de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM).

“Estábamos en una de las carpas del Hospital de campaña de Chillán y veo venir a un médico chileno, que ha preguntado por mí. Poco antes, en esa noche, había llegado una paciente muy grave, muy grave. No sabíamos cuáles eran sus antecedentes. Él me pregunta por la señora y me dice: ‘Yo me hice médico en Cuba y vengo a pedirle que me deje llevar, bajo mi responsabilidad, a esa señora.’ ‘No, cómo se la va a llevar, ella está ventilada; la estamos atendiendo aquí’, le respondo. ‘Me la quiero llevar porque la familia de esa señora ha iniciado un proceso legal por el mal tratamiento médico que recibió antes, pero en lo que se esclarece la verdad, va a recaer sobre ustedes una sospecha si le ocurre lo peor. Yo la voy a cuidar y voy a asumir la responsabilidad.’ Y se la llevó para su Terapia Intensiva, porque es un intensivista formado por nuestra Revolución. No quería que la más mínima sombra cayera sobre nuestro trabajo.”

Más de 100 graduados de ELAM colaboraron con la Brigada en Chile. La revista Punto Final recogía las declaraciones de Ulises González, chileno, médico general, que estudió en Cuba seis años y medio, en Manzanillo, provincia de Granma. “Había unos 50 chilenos y de otros países, Jamaica, Congo, Medio Oriente. Terminé en 2007 y volví a Chile. Revalidé estudios y trabajo en Lo Prado, en un consultorio de atención primaria. Vine a Rancagua para apoyar a los compañeros cubanos. ¿Qué puedo decir de la solidaridad cubana? Los cubanos enseñan a vivir. La atención que están entregando en este hospital a los pacientes chilenos es de lo mejor. Cuba siempre manda a los pobres lo mejor que tiene”.

Los jóvenes graduados de la ELAM trabajaban de lunes a viernes en sus hospitales, pero el fin de semana se unían a los cubanos y se alternaban en las guardias del sábado y del domingo.

Esta vez reconozco en la cinta de la grabadora la voz del doctor Juan Carlos: “Recuerdo un día en que autoridades chilenas, de diferentes ideologías, visitaron el campamento. Un funcionario local le preguntó a uno de los médicos de la ELAM que de dónde era. Le respondió que era de Angol, ciudad en la que se ubicó el hospital de campaña norteamericano que estuvo en Chile aproximadamente dos meses. ‘¿Y tú trabajas de lunes a viernes allá? ¿Y cuando tú descansas, si estás acá los fines de semana?’ El médico, un mapuche, miró al funcionario a los ojos y le contestó: ‘Nosotros paramos cuando el Comandante en Jefe decida’.”

EPÍLOGO

No puedo resistirme a una coda final. Es imposible hablar de Chile sin que venga a la mente el terremoto en Haití, que costó la vida a más de 200 000 personas. En el país caribeño también está la Brigada Henry Reeve, los médicos de la ELAM y miles de historias con las grandezas y las desdichas de cada uno de sus pobladores.

De modo que les cuento lo que me contaron. Se estaba preparando este acto para los médicos que llegaban del país austral y Fidel quiso saber cada detalle y todas las estadísticas posibles. Actualizó sus datos de la Brigada en Chile e intuyó que los colaboradores que habían estado en Rancagua y Chillán seguramente querrían tener noticias de sus hermanos en Haití. La Henry Reeve libra en cinco Departamentos haitianos una batalla homérica contra las secuelas de su pobreza ancestral, el terremoto de enero, el huracán que vino después y ahora, contra el cólera.

Llamó por teléfono al Doctor Lorenzo Somarriba, jefe de la Brigada médica en Haití, quien estaba en ese momento viajando por carretera a Rabotó, donde Cuba atiende un hospitalito. Fidel le preguntó con quién iba en el carro. El médico le contestó que con el chofer y un informático. Seguramente al Comandante le pasaron por la mente todos los peligros de este mundo. Debió pensar en aquel país, el más pobre entre los pobres, el más abandonado a su suerte, el más desvalido, el que ya no tiene nada que perder y no pocas veces se desborda.

Dicen que Fidel preguntó a Somarriba: “¿Pero no va nadie más para cuidarlos?”. El médico le contestó: “Sí, Comandante. Llevamos dos banderitas cubanas. Eso le puede dar una idea de cuánto quieren los haitianos a los cubanos.”

En cifras

LA BRIGADA HENRY REEVE EN CHILE


> La Bridada Henry Reeve en Chile estuvo integrada por 78 colaboradores en todo el tiempo de estancia.


> Arribó en dos grupos principales: el primero, el 1 de marzo (26 especialistas); el segundo, el 15 de marzo (33 especialistas). Posteriormente, se incorporaron otros 19 en el transcurso de la misión, para apoyar algunas especialidades.


> La Brigada la formaron 23 médicos, 21 Licenciados en Enfermería y 34 técnicos.


> Fueron ubicados originalmente en el Hospital de campaña número 1 de la localidad de Rancagua, capital de la provincia de Cachapoal, en la VI Región del Libertador General Bernardo O’Higgins. El segundo grupo, en el Hospital de campaña número 2 de la localidad de Chillán, de la provincia de Ñuble, en la VIII Región del Biobío, ambas localidades entre 450 y 500 km al sur de la capital chilena, respectivamente.


> Trabajaron ininterrumpidamente 259 días (más de 8 meses) desde el 1 de marzo hasta el 12 de noviembre.


> Fueron atendidos 79 137 pacientes, con un promedio diario de 312 por jornada. El principal grupo fueron los niños de 0 a 9 años (8 312 pacientes, el 17 %), seguido por personas entre los 50 y los 59 años (8 305 pacientes, 17%).


> El 66% de las personas consultadas eran mujeres.


> Se realizaron 3 183 intervenciones quirúrgicas, de ellas 2 559 de cirugía mayor de alta complejidad que incluyó el mínimo acceso (promedio diario de 13 cirugías)


> Fueron hospitalizados 2 633 pacientes (10 hospitalizados por día).


> Se realizaron 108 483 procederes de enfermería, con un promedio diario de 4 027.


> Entre las principales causas de atención médicas estaban las enfermedades respiratorias, las enfermedades del sistema osteomioarticular y las digestivas. Estas tres suponen un 61 por ciento de todos los problemas de salud que asistieron los médicos cubanos.


LA BRIGADA HENRY REEVE EN HAITI

> La Bridada en Haití tiene 839 colaboradores. De ellos, 689 cubanos -530 a tiempo completo en la epidemia del cólera.

> La Brigada también la integran 90 graduados de la ELAM, latinoamericanos provenientes de 18 países, incluido Haití. Entre los graduados de la ELAM, 64 están dedicados a la epidemia del cólera a tiempo completo.

> Se han graduado en Cuba alrededor de 600 haitianos y trabajan en Haití más de 500.

> Desde 1998, han permanecido en Haití 628 cooperantes de la salud cubanos.

> Entre los cubanos hay 18 médicos de la Operación Milagros; 147 Licenciadas en Enfermería; Tecnólogos de la Salud, 225, y 74 son personal de servicios.

> Gonaïves, donde es más fuerte la epidemia, tiene 200 000 habitantes.

> Puerto Príncipe, donde se han reportados casos de cólera pero no la epidemia, tiene 2,5 millones de habitantes.

> Durante la epidemia, la Brigada Médica cubana ha atendido 22 123 personas con cólera, con 253 fallecidos. Por cada cien casos atendidos, se reporta una tasa de letalidad del 1,1%.